Poseer o Disfrutar
“Nada es mío. Uso, disfruto y dejo ir. Soltar me libera. Dar me enriquece. Compartir me llena de la fuerza del amor”.
Brahma Kumaris
Por: Winston Samuel Ojeda
Poseer cosas puede brindarnos un sentido de satisfacción temporal y comodidad material, pero con el tiempo, es fácil darse cuenta de que la felicidad y la plenitud no provienen de la acumulación de posesiones, sino de la capacidad de disfrutarlas.
Las campañas de marketing nos bombardean constantemente y hasta cierto punto influyen queramos o no nuestra forma de pensar y lo que deseamos; los publicistas hacen muy bien su trabajo, crean nuevas necesidades y nos ofrecen píldoras de felicidad en forma de cosas, de objetos, que nos venden el estilo de vida de los ricos y famosos como un mundo de ensueño.
Esa publicidad nos intenta persuadir de que nuestra felicidad está directamente relacionada con la cantidad de bienes materiales que poseamos, sin embargo, el comprar por comprar para acumular, en realidad hace nuestra vida más vacía y no nos conduce a ningún lado, ya que en muchos casos se trata de cosas que nunca podremos llegar a tener lo que nos puede generar frustraciones, estrés y ansiedad
Cuando nos aferramos a la idea de poseer cosas, podemos caer en un ciclo interminable de insatisfacción. Buscamos constantemente la próxima adquisición emocionante, pero una vez que obtenemos el objeto deseado, la emoción disminuye rápidamente y comenzamos a buscar la siguiente novedad. Este patrón de comportamiento nos lleva a una búsqueda eterna de la supuesta felicidad a través de la posesión, que en última instancia es momentánea.
El disfrute verdadero proviene de nuestra capacidad para apreciar y utilizar plenamente las cosas que tenemos. Si tenemos la suerte de tener una casa, podemos disfrutarla creando un ambiente acogedor y compartiéndola con nuestros seres queridos. Si tenemos un auto, podemos emprender un viaje y disfrutar las experiencias que nos brinde. Si poseemos una buena biblioteca, podemos sumergirnos en nuestros libros y poner en marcha nuestra imaginación, a la vez que obtenemos conocimiento y placer.
El disfrute genuino también se encuentra en las relaciones humanas, las experiencias compartidas y los momentos significativos. El tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, la conexión emocional que construimos con nuestros amigos y las experiencias compartidas son mucho más valiosas que cualquier posesión material. Esos momentos nos llenan de alegría, satisfacción y significado, son recuerdos que atesoramos a lo largo de nuestra vida.
Además, enfocar nuestra atención en el disfrute en lugar de la posesión nos permite liberarnos del peso de la búsqueda constante de más cosas. Nos da la libertad de valorar lo que ya tenemos y encontrar satisfacción en los pequeños detalles de la vida.
En lugar de buscar la felicidad en la acumulación material, cultiva la gratitud, el servicio, la creatividad y la exploración de nuevas experiencias, lo cual enriquecerá tú bienestar emocional y espiritual.
De modo que, goza en plenitud todo lo que llegue a ti, disfruta el lugar donde estés y no pierdas tu tiempo intentando poseer todo, ya que en realidad nada te pertenece.
Pertenecer y estar en este mundo es un don, así que disfrútalo mientras estés en este viaje llamado vida.
Venimos al mundo con las manos vacías y nos vamos del mundo con las manos vacías.
En resumen, la importancia de poseer cosas es relativa y efímera en comparación con el deleite y el significado que podemos extraer de ellas. El verdadero valor radica en nuestra capacidad para percibir y apreciar lo que tenemos y en nuestra capacidad para cultivar relaciones, experiencias y momentos que nos brinden alegría y plenitud duradera.
No te vuelvas un poseedor de personas ni de cosas, disfrútalas simplemente como un don del universo.
Una cosa que es importante que sepas es que está demostrado científicamente que las cuatro actividades cotidianas que más felicidad aportan son totalmente gratis y éstas son: practicar sexo, hacer ejercicio, escuchar música y charlar, así que recuerda NO ERES LO QUE TIENES.
Recapitulando, la Mente Maestra siempre te da lo que necesitas, así que sin lamentaciones aprende a vivir el presente, olvídate del pasado y siempre visualiza un futuro promisorio.
¡Claro que sí se puede!
*Winston Samuel Ojeda es conferencista, consultor y escritor con más de 40 años de experiencia impartiendo conferencias y seminarios. Su oratoria impactante y amena, abarca temas que se relacionan con el crecimiento personal, el liderazgo, las ventas, la familia y el mundo del Network Marketing.